Pepe Arenzana

Historias de un Boniato Mecánico (A Clockwork Sweet Potatoe's Stories)

Si la basura fuera sexista

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La basura forma parte inexcusable de cualquier actividad. Es el material sobrante y previsible, lo que a (casi) nadie le interesa ver. En las sociedades organizadas procuramos aislarla y ocultamos su retirada y almacenamiento. Pero llega la moda (o la manía, no sé) del reciclaje y surge el gusto por lo usado y desgastado, por el detritus y lo degradado.

¿Y en la tele? Pues también, más basura. Un proceso permanente de reciclaje de lo escabroso, un espectáculo fabricado con la sobra y el desecho de seres perfectamente prescindibles. Aunque allí no huele. ¿O sí?

La televisión tritura ante nuestros ojos toda la ‘suciedad’ que acumula nuestra ‘sociedad’. ¿O es al revés? No parecen importarnos las faltas de respeto (tampoco contra los menores, tan hiperprotegidos en otros contextos), ni los desprecios a la Ética, ni los atentados a la inteligencia…

El Gobierno de Zapatero, con Chaves de ariete, pone empeño en retirar crucifijos y belenes de las escuelas, no tanto en retirar a “las belenes” de la televisión. No es tarea fácil, pero es que hace unos días, a las cinco de la tarde, armaban “un belén” para explicar cómo se meten las “bolas tailandesas” por donde rima con Telecinco. Días antes, “las bolas chinas” por vaya usted a saber dónde. Cambio de canal. Y la Junta, ocupada en si las andaluzas se masturban adecuadamente. ¿Quién dijo educación sexual?

Algunas televisiones no ofrecen corridas de toros (sí de las otras) por considerarlas un espectáculo inapropiado para menores. Joder, joder. Tampoco ofrecen nobles veladas de boxeo. Por la misma razón, supongo. Manda huevos, del tamaño de las bolas chinas.

En otra cadena, La Sexta, la del “Gobierno amigo”, anunciaron todo el verano que Gol Televisión “emitirá en abierto hasta el 31 de agosto” (sic). Sin embargo, ¡oh sorpresa!, el 29 y 30 de agosto, primera jornada de la Liga, la cadena a la que ZP le acababa de regalar el juguetito en TDT de pago, desenchufó el aparato y se fue a negro (¿debería decir “se fue a afroamericano y a afroamericana”?). La Liga, secuestrada con nocturnidad y alevosía mediante un engaño monumental a 44 millones de españoles, ocho de ellos andaluces.

¿Y el Consejo Audiovisual de Andalucía? ¿Qué dice? ¿Qué hace? ¿Qué ven tan estresadas criaturas? ¿Para qué se usan (nos usamos)? Les cuento: lo antedicho no parece interesarles demasiado, como si fueran cosas que suceden en otro planeta. En cambio, andan muy atareados, y atareadas, sobre todo atareadas, en elaborar otro informe sobre la publicidad de juguetes en Navidad. Aviso: concluirán, como en ocasión anterior, que: 1) “la publicidad incita al consumo” (sic); 2) los publicistas tienen una obtusa tendencia a identificar el azul con juguetes para niños; 3) igual con el rosa para las muñequitas, las cocinitas y demás (ya digo, ¡obtusos!); 4) los niños que protagonizan los spots tienden a ser caucásicos, o sea, que salen pocos negritos, o chinitas, o indiecitos o musulmanitas con su burkita y todo (les juro que un equipo de expertos los recuenta); 5) aparecen pocas niñas jugando con coches teledirigidos, naves espaciales y muñecos de acción; 6) pocos niños salen cambiando pañalitos y entusiasmados con la cocinita; 7) la voz en off del anuncio suele ser femenina para los ponnies y princesas (¡los muy perversos!) 8) la voz en off masculina suele ser para los helicópteros a pilas (¡atroz!)… Y en este plan, hasta la extenuación. Tal vez se animen este año a subrayar que aparecen demasiados símbolos relacionados con el Niño Dios. Y dirán que es falta de pluralismo religioso.

Pero no sólo les preocupan los juguetes. También se afanan mucho en solicitar que echen más campeonatos de petanca y de billar (femeninos, por supuesto), en vez de tanto baloncesto, fútbol o deportes de motor, tan ferozmente masculinos. O acaso machistas.

Y además, para no salir del sexo, se ocupan con imperiosa necesidad de saber qué tienen previsto en trescientas televisiones locales, también en la de Villajunquillo de Alcaudete, para favorecer la igualdad de género televisual. Verán que llegaremos a conclusiones imprescindibles para Occidente. Como por ejemplo: en las locales de Andalucía hay más mujeres presentando el tiempo y más hombres presentando los deportes. O así.

Por cierto que, según los datos disponibles, incluidos los de todos los Observatorios y las Observatorias, los programas con aquella clase de basura, tipo “bolas chinas”, los siguen viendo en Andalucía más mujeres que hombres. ¡Ay, si al menos le pudieran hincar el diente al asunto por lo sexista!

Debo decirles que la competencia del CAA es limitada. O sea, no alcanza con su autoridad a los contenidos emitidos desde fuera de la Comunidad (lo cual es relativo, claro), pero sí puede, y está obligado a ello, ejercer su tarea de colaboración en el control y vigilancia de lo que llega a nuestras pantallas a través de cualquier sistema tecnológico, incluido Internet. Tampoco la Policía tiene jurisdicción para incautarse en Cali o Medellín de un avión que se dirige a Barcelona cargado de coca, pero sí pueden alertar a las autoridades en Colombia o a la INTERPOL para ayudar en su seguimiento y detención. Lo que no resulta razonable es obviar a los grandes narcos y cebarse con el “camello” de la esquina. Es como tirar la basura de casa por la ventana. Lo dicho: ¡Ay, si la basura fuera sexista!

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